viernes, 30 de septiembre de 2016

La injusto de nacer en Venezuela

La Expresión del Teenager


Crecer en Venezuela se siente injusto, porque a pesar de la mucha belleza natural que tiene el país, a nivel social, político y económico es un completo desastre. Los jóvenes de hoy en día sienten que la vida les jugó una mala pasada al hacerles vivir en una nación con tanto caos y pocas oportunidades. Un gran porcentaje de la población joven y no tan joven, aspira a irse del país como la única vía para alcanzar sus metas, porque dentro del territorio nacional no creen que sea posible.

A mis 22 años, soy una de esas jóvenes que se siente atrapada en Venezuela; que a pesar de lo mucho que lucha a diario, no logra alcanzar al cien por ciento sus metas; que sabe que sin importar el trabajo y esfuerzo que realice, el alcanzar la independencia económica es casi imposible con un trabajo honesto; y que se encuentra desesperanzada y lo único que quiere es huir de este país lleno de injusticias.

Es realmente triste para un joven el escuchar de las oportunidades que tuvieron sus padres para crecer y desarrollarse profesionalmente, porque todas esas opciones son cosa del pasado, a nosotros nos tocó crecer con políticas equivocadas que destruyeron nuestras aspiraciones.

Lo cierto es que por esto existe un odio muy grande creciendo dentro de la población más joven. Un odio contra las personas encargadas de tomar decisiones que no han hecho un buen trabajo y un odio contra aquellas personas que los apoyan, por ser partícipes en alentar y continuar políticas que han sido erróneas. Esto ha sido un hecho que ha dividido a la población y haciendo imposible la convivencia entre los ciudadanos.     

Es indudable que en el país en crisis no existen muchas oportunidades profesionales y la opción más factible es comenzar un emprendimiento con el miedo de colocar todo tu esfuerzo, ahorros y pasión en algo y que te lo roben, impidiendo que queramos desarrollarnos. Son muchas las veces que he escuchado decir a personas que en el país se puede hacer mucho dinero, pero cuando le preguntas cómo, su respuesta siempre implica una vía donde la corrupción y el aprovecharse de la necesidad de otros es la respuesta.    

Irse del país tampoco es algo sencillo, en la mayoría de los casos nos toca escoger entre la familia y el futuro, haciendo el crecer en Venezuela aún más injusto. Muchos de manera valiente han tomado esta decisión y no les ha ido bien y les toca volver a este país en crisis.


Esta no es la primera vez que escribo sobre esta sensación de frustración que siento al haber crecido en una Venezuela destruida, y lamentablemente sé que no será la última hasta que no haya un cambio correcto en las políticas erróneas adquiridas en los últimos años. Las palabras de aliento y de esperanza se me están acabando, y lo único que siento que podemos hacer por ahora es presionar para que el revocatorio se realice y esperar que con un cambio de gobierno las cosas mejoren y dejemos de sentir que fue injusto el haber nacido en este país tan bello.

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