viernes, 8 de noviembre de 2013

El venezolano es un ciudadano violento, ansioso y humillado

La Expresión del Teenager


Johanna Villasmil

La vida de un venezolano se resume en inseguridad, colas, desabastecimiento, inflación, corrupción, estrés y deficiente ingreso. No se puede decir que el venezolano común tiene calidad de vida, porque a pesar que no estamos en guerra como Siria, ni tampoco vivimos una situación de pobreza como Haití; no tenemos tranquilidad y para mi eso es uno de los puntos más importantes. La manera en que actúa el venezolano actual se ve influenciado por su entorno, por esos puntos en los que se encuentra resumida su vida, y algunas de las reacciones que ha tomado ante tales circunstancias no son las comunes en el ser humano; es por ello que varios psicólogos se han dado la tarea de estudiar la actitud del venezolano en este mal llamado socialismo.

La actitud que ha tomado el venezolano no es normal, por ejemplo: ante un inflación el consumo ha aumentado. “Esto tiene que ver con las teorías sociales de la psiquiatría, como el entorno y las calamidades nos afectan y las adversidades producen perturbación emocional”, explica el Dr. Rómulo Aponte, psicólogo altamente conocido y consultado en Caracas. Explica además que nuestras reacciones ilógicas se producen por amenazas físicas y psicosociales que activan las respuestas de ansiedad y es lo que mueve nuestra manera de actuar: violenta, ansiosa y humillante.

La violencia es el arma que han tomado todos los ciudadanos para superar las adversidades que ven a diario, violencia en las calles y violencia en el hogar. La frustración constante nos hace violentos, no por la malicia sino porque parece que no encontramos otra solución, es una frustración de no poder alcanzar nuestras metas.

También en el ciudadano existe una ansiedad con respecto a las amenazas diarias a la integridad personal, a la estabilidad del empleo, a la familia… Sobretodo, por ejemplo: si tienes un familiar con alguna enfermedad, por un lado no se consiguen los medicamentos y por el otro si los consigues son a costos exagerados, eso hace que la familia y el paciente vivan en un sentimiento de perdida inminente. Esta ansiedad que vivimos a diario nos encierra en nuestras hogares.

Otro punto que tenemos encima es la humillación porque es una humillación que algún amigo en el exterior te pregunte “¿en serio no encuentran papel toalet?” pensando de verdad que es un chiste porque esas son situaciones que ocurren en países subdesarrollados o en situación de guerra, no en uno que dice estar también como Venezuela. Humillación que para la aduana, por ejemplo, todos somos delincuentes y tienen que revisarnos todas las maletas para saber si llevamos escondidos alguna tarjeta. Humillación de hacer colas por comida y algunas veces no conseguir nada.

El venezolano actual vive en una situación constante de rabia e impotencia y la solución que exponen los psicólogos es aprender a canalizarla. Lo que no podemos hacer es acostumbrarnos o modificar nuestra vida en torno a lo que haya, siempre debemos exigir más, a nuestros gobernantes y a nosotros mismos. Para poder comenzar a construir la tranquilidad es importante observar lo que nos ha llevado a esta situación, las verdaderas causas, no las que otros pueden intentar hacernos ver, para que así podamos buscar soluciones que nos beneficien a todos y en la que todos podamos encontrar la tranquilidad, y por lo tanto, la calidad de vida. Ya nosotros en este país no vivimos, sino que  sobrevivimos.

Los quiere Joha


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