domingo, 10 de abril de 2016

Apostemos por la salud materna

La Expresión del Teenager


Johanna Villasmil
@JohaVillasmil
www.laexpresiondelteenager.blogspot.com

La salud materna es uno de los principales retos que enfrentan los países en vías de desarrollo, especialmente porque en la mayoría de estos el aborto es una medida ilegal que se practica en la clandestinidad y representa numerosos riesgos, aumentando de esta forma la mortalidad materna. Venezuela es una de estas naciones que penaliza el aborto, y que junto a ello no se dedica a informar sobre derechos sexuales, ni mucho menos sobre los riesgos que implica el no cuidarse, conllevando a numerosos casos de embarazos no deseados, que terminan en muerte materna por falta de una política adecuada.

El aborto inducido o provocado es la interrupción intencional de un embarazo no deseado y constituye un problema de salud pública. Debido a su penalización y naturaleza clandestina, en Venezuela, no se conocen datos exactos de su incidencia. El programa de Salud Materno y Maternidad sin Riesgos de la Organización Mundial de la Salud establece que en América Latina se realizan 4 millones de abortos cada año, que 4 de cada 10 embarazos termina en aborto, así como, se dan 5 mil muertes por abortos inseguros al año.

Según cifras oficiales del Estado Venezolano la mortalidad femenina se triplicó de 1997 a 2009 en las edades correspondientes de 15 a 17 años, y decreció en 2013, pero continúa siendo muy alto. El aborto es una de las principales causas de mortalidad femenina en el país.

En Venezuela la pena para una mujer que irrumpe su embarazado es seis meses a dos años de prisión, mientras que la condena para quien realice el procedimiento es de uno a tres años, establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Capítulo V, Del Aborto Provocado.

Organizaciones Internacionales se han pronunciado en numerosas oportunidades con respecto a la situación venezolana. Durante la 69 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, el Comité solicitó a Venezuela la revisión y modificación de la ley del aborto, exponiendo que “está profundamente preocupado por que Venezuela tenga uno de los índices más altos de la región de embarazos de adolescentes y que muchos de ellos acaben en muerte materna”. Así mismo afirmaría que, “está preocupado por la falta de acceso a procedimientos de aborto seguro a causa de la restrictiva ley y la carencia de información sobre el impacto de los programas para reducir estos embarazos”.

De acuerdo con la Red de Información por el Aborto Seguro, un centro de ayuda telefónico, en la mayoría de los casos en Venezuela las mujeres que deciden abortar centran su decisión debido a causas económicas. Además exponen que más de 7% de las mujeres que llaman a su centro de ayuda han sido violadas.


No importan la situación económica de las personas, debido a la falta de información clara y científica sobre la forma segura de interrumpir un embarazo y la penalización del aborto existente en la nación, este es un acto en el que las mujeres ponen en riesgo su vida. Es lamentable que los gobiernos solo se den cuenta de la importancia de la comunicación cuando necesitan hacer campaña política. Es importante seguir el ejemplo de otras naciones en la región, como Uruguay, que desde que despenalizó el aborto la mortalidad de mujeres ha decrecido considerablemente. Un embarazo no deseado repercute en la deserción escolar, la explotación laboral, en la pobreza generalizada y más, es por ello que el aborto debería ser una práctica legal en nuestra nación. Siempre debemos apostar por la salud materna.

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