sábado, 11 de junio de 2016

Emigrar o no emigrar, he ahí el dilema

La Expresión del Teenager



Emigrar o no emigrar, he ahí el dilema para miles de venezolanos. La situación del país se ha vuelto tan complicada en los últimos años que muchas personas han tomado la difícil decisión de dejar familia, trabajos, activos y más, en busca de calidad de vida. Y en la actualidad somos los jóvenes venezolanos quienes sentimos con mayor presión la necesidad de buscar otro rumbo, porque en estas condiciones no podemos desarrollar todo nuestro potencial y menos aún adquirir activos para independizarnos de nuestros padres.

Ser joven de por sí no es una tarea sencilla, porque es el momento en que debemos tomar las mayores decisiones de nuestra vida y determinar qué es lo que haremos al menos durante los próximos 10 años, mientras estudiamos, practicamos y evaluamos si realmente nos gusta o no. Pero ligado a ello, en Venezuela también tenemos numerosas preocupaciones agregadas debido a la situación del país.

Lo más lamentable es que no es nuestra culpa, estamos viviendo las consecuencias de las malas decisiones de nuestros padres. Muchos de nosotros no teníamos edad suficiente ni para comprender lo que estaba pasando cuando el Presidente Chávez quedó electo y menos aún teníamos capacidad de exigir un cambio a medida que la situación se estaba agravando. Es más, muchos de nosotros nunca pudimos vivir las experiencias de una Venezuela sin el chavismo. Cuando por fin tuvimos edad suficiente para hacer algo ya era demasiado tarde, y aún así luchamos y lo seguimos haciendo, para conseguir esa Venezuela de la que tanto nos hablan. 

Recuerdo que hace 3 años quise irme del país a estudiar fuera por el hecho de pensar en lo difícil que iba a ser ejercer mi profesión y que los niveles de inseguridad cada día se estaban empeorando. No pude hacerlo debido a razones económicas y hoy veo una realidad mil veces peor; me siento como en una especie de limbo: arriesgo todo, me voy sin dinero suficiente para vivir y menos aún sin seguridad de cómo saldrá, o me quedo y trató de desarrollar mi profesión mientras lucho por conseguir un kilo de comida. 

Añoro el país en el que crecieron mis padres; sueño con esas épocas en donde entraba en un supermercado y veía todos los estantes llenos; extraño recorrer mi país, caminar por Margarita sin miedo y pararme con mi familia a mitad de la carretera a Mérida solo para ver el paisaje; deseo poder ver prosperidad, a mis amigos graduándose y logrando cosas maravillosas en el país; y más que todo lamentó la vida y los sueños que me ha quitado la situación del país. 


Tal vez la decisión de emigrar se basa en poner los pros y contras en una balanza y ver cuál hace más peso. Por mi parte no les tengo la respuesta de si emigrar es una buena decisión o no, es un dilema que aún estoy tratando de resolver. Pero algo si es cierto, mientras estemos en el país debemos de luchar por él, exigir nuestros derechos y cumplir los deberes que tenemos como ciudadanos, para aportar nuestro granito de arena y seguir buscando ese cambio.

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