sábado, 20 de febrero de 2016

Que fácil es ser abusador

La Expresión del Teenager


Johanna Villasmil
@johavillasmil

Venezuela es un país afortunado a nivel natural, contamos con las playas más hermosas del mundo, montañas que nos dejan sin aliento, un amazonas que nos convierte en la envidia de otras naciones, una mezcla de colores entre el Río Orinoco y el Caroní que son únicas, entre muchos otros factores naturales que hacen de Venezuela un país inmensamente rico. Pero a pesar de ello el ciudadano parece no aprender sobre lo valioso que es su tierra y lo mucho que debería cuidarla, sino todo lo contrario, a través de los años se ha creado una cultura de destrucción, a la que llamo la cultura del abusador.  

Son muchos los comediantes que resaltan el hecho de que cuando un venezolano sale de su tierra se consigue con multas por acciones que considera normal y hacía a diario o que cuando observa como se comportan en otros países nos sorprendemos al darnos cuenta que hasta los animales cruzan por el paso peatonal.

Lo cierto es que en Venezuela ser un abusador es una de las tareas más sencillas que existen, jugamos con las leyes como creemos convenientes y pasamos por encima de otras personas cuando nos place, esto ha traído como consecuencia que inconscientemente destruyamos el orden social que teníamos en nuestra nación y que por lo tanto afectemos directamente a todas las áreas que conforman la misma.  

Ejemplos sencillos de esto es cuando botan basura en las calles, cuando se roban un adorno colocado en una plaza, cuando pitan las calles con mensajes dañando la fachada o hasta un arte creado anteriormente, cuando con el carro pasan sobre grama o aceras para saltarse la cola, entre otros hechos que solo tiene que ver con la destrucción de la parte física de la ciudad, porque adicional se cometen muchos abusos en otras áreas.  

Lo admito, muchas veces voy por la calle y lo que quiero es gritarle a las personas que veo cometiendo un abuso, y se que hay muchos quienes lo hacen, pero tampoco es el deber ser. Además no hay suficientes policías para multar a todo aquel que cometa un abuso en la ciudad, por lo que la solución está en generar conciencia personal y entre las personas cercanas a nosotros para comenzar así el cambio. Es tan sencillo como decirle a tu amigo que no se coma la luz, a tu hermana que cruce por el rallado o a tu padre que no bote basura en la calle.

En épocas electorales mucho se habla del cambio que necesita el país, aunque lo cierto es que si queremos un cambio para nuestra nación tenemos que comenzar por eliminar de nosotros la cultura del abusador.

El 2016 puede ser un año de grandes cambios para Venezuela, pero si el ciudadano no comienza a cambiar su conducta abusadora los cambios que se hagan a nivel social, económico o político no servirán de nada. Suena cliché o repetitivo decir que si tu no cambias tu alrededor tampoco lo hará, pero es lo cierto, así que el cambio comienza en ti. Ser un abusador es una tarea muy sencilla, pero no serlo y cuidar de tu país es una muy gratificante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario