sábado, 23 de junio de 2012

Fundación Sonrie Otra vez


La Expresión del Teenager

Johanna Villasmil

Según la Biblia la mujer es un ser hermoso que salió de la costilla del hombre. Según los hombres venezolanos la mujer es bella y fuerte. Según mi padre la mujer es indispensable en una familia. Según mi opinión la mujer es emprendedora y ha luchado para lograr posicionarse en el mundo. Todo esto suena muy hermoso y es que dentro de nuestra cultura la mujer juega un papel fundamental y es reconocida por ello; pero en otros lugares no sucede lo mismo. En algunas culturas a la mujer se le ve como un objeto, y esta tiene dueño, que en primer lugar es el padre y luego pasa a ser del mejor postor. Para mí, que lucho porque nuestros derechos sean reconocidos, esto es una abominación.

Estas personas como se creen ser dueños de sus mujeres, les hacen lo que quieran y si en algún momento su pareja no esta de acuerdo, pueden amedrentar contra ellas.

Un ejemplo de esto es una joven que explica que un día su prometido la fue a visitar y le dijo que salieran a caminar, ella no quería, el insistía e insistía pero ella no quería salir; así que el hombre molesto le dice que vaya a buscarle agua, cuando vuelve de la cocina, su novio le lanzó ácidos por todo el rostro; sus vecinos inmediatamente la llevaron a emergencias. Este acto la dejó marcada de por vida con severas quemaduras por toda la cara. Después de esta experiencia fue difícil para ella reincorporarse a su vida normal, pero con la ayuda de Mussarat Misbah y su nuevo trabajo en el salón Depilex, todo fue más sencillo.

La encarga de crear este salón fue la Paquistana Mussarat Misbah. El primer salón que abrió fue en 1980, en la ciudad de Karachi, Pakistán. La importancia de este famoso salón radica en que las mujeres que laboran allí fueron victimas de violencia de género, cuyas parejas les lanzaron ácidos al rostro, dejándolas con marcas de por vida.

La idea de contratar a mujeres victimas de quemaduras en el rostro por parte de sus parejas surge cuando una mujer con la cara desfigurada por los ácidos que le arrojaron entra a Depilex y le pide ayuda a Mussarat, ella sorprendida decide hacer algo, y coloca un anuncio en el periódico para que las mujeres con casos similares se presentaran por su salón, y así poderles dar un lugar de trabajo y un ambiente distinto, donde se pudieran sentir cómodas y hermosas; y así no solo ayudar a aquella mujer, sino a muchas más.

A demás de crear un lugar de trabajo donde estas mujeres victimas puedan sentirse cómodas, en colaboración con un equipo de doctores de Francia e Italia, creó la “Fundación Sonríe Otra vez (Smile Again Foundation)”, donde le provee a estas sobrevivientes el apoyo psicológico necesario para la reincorporación al mundo, también el apoyo médico para la reconstrucción de sus rostros y las educan para que luego trabajen.  

Este salón actualmente se encuentra en las ciudades más grandes de Pakistán y los Emiratos Árabes, y es muy famoso, tanto por el gran trabajo que hacen las mujeres que allí laboran, como por la historia de cada una de ellas.

La labor que realiza Mussarat dentro de esa cultura me parece digna de admiración, no muchas mujeres de allí se atreverían a hacer lo mismo, porque ellas viven con miedo y las educan de tal forma que ellas también piensan que tienen dueño. Dentro de la ley se le da impunidad a los hombres que le hacen atrocidades a las mujeres, con solo pedirles disculpa quedan libres de todo cargo si son jefes de familia. Nunca entenderé porque las mujeres de culturas así se dejan maltratar, es hora que ellas mismas den un alto, porque una mujer vale tanto como un hombre, no importa de la cultura, el país o la raza que sea. Así que si eres un hombre respeta a las mujeres, y si eres una mujer respétate a ti misma. Recuerda que tu tienes derechos.

Los quiere Joha

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