viernes, 9 de julio de 2010

Convit, un Nobel para un modelo a seguir

La Expresión del Teenager
Johanna Villasmil

La medicina venezolana, como todo en el mundo, ha tenido su avance al pasar del tiempo, pero esta no sería igual, si Jacinto Convit, médico y científico venezolano, no fuera parte de ella. Este hombre es un orgullo para todos nosotros, y sobre todo para los jóvenes que quieren entrar al mundo de la medicina es un modelo a seguir, porque marcó un punto importante dentro de los estudios epidemiológicos en nuestro país.

Convit nace en Caracas, Venezuela, el 11 de Septiembre de 1913, hijo de Francisco Convit un inmigrante catalán y Flora García Marrero venezolana. Estudió secundaria en el liceo Andrés Bello de Caracas, uno de sus profesores fue Rómulo Gallegos. En 1932 ingresa a la escuela de medicina de la Universidad Central de Venezuela. Se gradúa de Ciencias Médicas el 27 de septiembre de 1938. Siendo estudiante, Martín Vegas y Carlos Gil Yépez, lo invitan a asistir a la leprosería de Cabo Blanco en 1937 dando inicio al desempeño sanitario-epidemiológico de Convit. Después de graduado, es designado médico residente de esa leprosería. Entre 1940 y 1943, trabaja como director ad honorem de la Cruz Roja y asiste a la consulta de enfermedades de la piel del Dispensario Central. Hasta 1942 la lucha contra la lepra consistía solamente en el aislamiento y tratamiento de los enfermos que dependían de la Dirección de Asistencia Social del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS). En 1945, Convit es enviado a Brasil, por el Ministerio de Sanidad, donde la lepra era un grave problema sanitario, allí encontró a treinta y cinco mil personas infectados con esta enfermedad. Durante un año lo nombraron médico director de las leproserías nacionales, en 1946 se convierte en el médico director de los Servicios Antileprosos Nacionales y médico jefe de la División de Lepra. En 1947 contrae matrimonio con Rafaela Martota, junto a la cual tienen cuatro hijos. En 1961, Convit recibió la Orden del Libertador en el grado de Comendador y la Medalla Cultura Gaspar Vianna, entregada por el Ministerio de Salud de Brasil. A partir de los estudios en 1989 con los armadillos traídos del estado Bolívar, Convit junto a su grupo de investigadores, desarrollan una vacuna que podía ayudar a las personas con lepra, resultando un éxito y también se utilizó para curar la Leishmaniasis. Recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1987 y fue postulado en 1988 al Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos, posee alrededor de 45 condecoraciones otorgadas por diversas universidades venezolanas y extranjeras. En 1996 presenta algunos problemas de salud, que lo obligan a alejarse un poco de los laboratorios químicos.

En la actualidad Jacinto Convit vuelve a estar en boca de todos, al liderar un equipo que desarrolla en el Instituto de Biomedicina, dependiente del Ministerio para el Poder Popular para la Salud, una autovacuna contra el cáncer de seno, estómago y colón, el procedimiento es basado en exploraciones con inmunoterapia, en el cual lleva tres años trabajando. En conjunto con especialistas de la Universidad Central de Venezuela es responsable de la elaboración de este tratamiento experimental y que ha dado resultados positivos en veinte y tres personas que padecen este mal. El especialista en epidemiologia de noventa y siete años, Jacinto Convit, dijo en una entrevista “esta no es una vacuna contra el cáncer, pues no es un tratamiento preventivo, sino curativo. Lo que significa que sólo puede ser aplicado en personas que sufren la enfermedad. Es una autovacuna, está basada en un principio sencillo: el de fortalecer al cuerpo. Debido a la utilización de el último ingrediente, que son las células cancerígenas muertas de cada paciente, la autovacuna no puede ser producida en serie, sino que es totalmente personalizada”.

Desde hace algún tiempo todos mis artículos han sido relacionados a la búsqueda de un ejemplo, de una persona que nos dirija por el buen camino y que nos ayude a ver un futuro, a pesar de lo difícil que parece en la actualidad, Jacinto Convit es para todos los amantes de la medicina esto, porque él no fue una persona de recursos al momento de comenzar su carrera, el luchó para convertirse en el profesional que es hoy en día y para ser la ayuda y el orgullo de muchos venezolanos. En el twitter en días pasados, uno de los temas de moda era “Convit al Premio Nobel”, esperemos que así sea, porque este hombre se merece esto y mucho más.

Recuerda que nuestro punto de contacto es laexpresiondelteenager@gmail.com, ahí podrás dejarme tus inquietudes las cuales se las consultaremos a personas expertas que les darán respuestas, y las desarrollaremos en futuros artículos. Les cuento que me pueden dejar mensajes en mi blog donde puedes leer los anteriores artículos, y la dirección es www.laexpresiondelteenager.blogspot.com. Pero eso no es todo puedes oírme también cada vez que quieras en www.laexpresiondelteenager.podomatic.com, ésta es la dirección del podcast. También estoy en dos comunidades, la de Facebook por el grupo de La Expresión del Teenager, y síganme en Twitter en @JohaVillasmil o en @LEDTeenager.
Los quiere Joha

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