La Expresión del Teenager
Johanna Villasmil
Busco en mi memoria y recuerdo con
tristeza el momento en que falleció Juan Pablo II, estaba todavía en primaria y
conversé con mis amigas de cómo vimos gente llorar, a pesar de que éramos tan
niñas que ni sabíamos la verdadera función del Sumo Pontífice. Ahora ya no soy
una niña y tengo la voluntad suficiente como para escoger mi propia religión, a
pesar de esto continuo siendo católica y mis conocimientos del tema ahora son
más amplios. También tengo mayor conciencia con respecto a la edad y al
desgaste que debe representar ser la cabeza de la iglesia.
“Después de haber examinado ante Dios
reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad
avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente mi ministerio, por
esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad,
declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma.” con estas palabras
pronunciadas en latín por el Sumo Pontífice, Benedicto XVI, se produjo un hecho
que hacía seis siglos que no
ocurría en la Santa Sede.
En el momento en que llegó al cargo con
78 años, Benedicto XVI, se convirtió en el pontífice más viejo elegido en casi
300 años. Actualmente tiene 85 años y en los últimos meses ha aparecido más
delgado, de vez en cuando utiliza un bastón y padece desde hace años de
problemas cardíacos, lo cual le impide viajar a ciudades situadas a gran
altitud y lo ha forzado a reducir su agenda de trabajo y sus compromisos públicos.
A pesar de que ninguna condición médica específica es lo que lo ha llevado a
declinar de su cargo. Benedicto XVI dijo que a su avanzada edad ya no tiene la
fuerza mental y física necesaria para liderar a los más de mil millones de
católicos en el mundo.
La última vez que ocurrió un hecho
similar fue en 1415, cuando en un contexto completamente diferente al actual,
debido a que era la época del gran cisma de Occidente cuando la Iglesia tenía
tres papas que competían entre sí, Celestino V abandonó de forma voluntaria el
cargo al no sentirse preparado para la función.
El miércoles 13 de febrero se realizó una
audiencia pública en el Aula Pablo VI del Vaticano, donde se realiza el
tradicional encuentro semanal con los fieles de todo el mundo, esta fue la primera
ocasión en la que el papa aparece después del anuncio de su renuncia.
La renuncia del papa le abre las
posibilidades a uno próximo más joven y no europeo, posiblemente
latinoamericano debido a que entre los probables candidatos se encuentran tres
del continente Sur Americano, siendo el candidato más fuerte Odilio Pedro
Scherer de Brasil con 63 años.
Cuando se haga efectiva su renuncia, el
próximo 28 de febrero, el papa se trasladará primero a Castel Gandolfo y luego
vivirá en un monasterio de clausura dentro del Vaticano. Se espera que entre
quince y veinte días después del 28 de febrero se celebre una reunión con los
118 cardenales del Colegio Cardenalicio vaticano, para escoger al próximo papa,
aunque estos todavía no han sido convocados. En la Plaza San Pedro del Vaticano
se han dado cita numerosos peregrinos que han pasado noches de vigilia en honor
al papa. Es importante hacer notar la labor llevada acabo durante ocho años por
Benedicto XVI. De manera particular pienso que es más fácil ver como un papa se
retira a ver como uno se va avejentando hasta que fallece, me parece muy lógica
la decisión tomada por el Sumo Pontífice porque hay que reconocer que a todos
en algún momento nos va a llegar la vejez y no será fácil. Sería algo
totalmente nuevo y muy importante en la historia si el próximo papa es
latinoamericano o afrodescendiente porque con esto se impulsaría la igualdad
para estas personas que muchas veces sufren de discriminación.
Los quiere Joha
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