La Expresión del Teenager
Johanna Villasmil
@JohaVillasmil
www.laexpresiondelteenager.blogspot.com
La salud materna es uno de los
principales retos que enfrentan los países en vías de desarrollo, especialmente
porque en la mayoría de estos el aborto es una medida ilegal que se practica en
la clandestinidad y representa numerosos riesgos, aumentando de esta forma la
mortalidad materna. Venezuela es una de estas naciones que penaliza el aborto,
y que junto a ello no se dedica a informar sobre derechos sexuales, ni mucho
menos sobre los riesgos que implica el no cuidarse, conllevando a numerosos
casos de embarazos no deseados, que terminan en muerte materna por falta de una
política adecuada.
El aborto inducido o provocado es la
interrupción intencional de un embarazo no deseado y constituye un problema de
salud pública. Debido a su penalización y naturaleza clandestina, en Venezuela,
no se conocen datos exactos de su incidencia. El programa de Salud Materno y
Maternidad sin Riesgos de la Organización Mundial de la Salud establece que en América
Latina se realizan 4 millones de abortos cada año, que 4 de cada 10 embarazos
termina en aborto, así como, se dan 5 mil muertes por abortos inseguros al año.
Según cifras oficiales del Estado
Venezolano la mortalidad femenina se triplicó de 1997 a 2009 en las edades
correspondientes de 15 a 17 años, y decreció en 2013, pero continúa siendo muy
alto. El aborto es una de las principales causas de mortalidad femenina en el
país.
En Venezuela la pena para una mujer que
irrumpe su embarazado es seis meses a dos años de prisión, mientras que la
condena para quien realice el procedimiento es de uno a tres años, establecido
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Capítulo V,
Del Aborto Provocado.
Organizaciones Internacionales se han
pronunciado en numerosas oportunidades con respecto a la situación venezolana.
Durante la 69 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, el
Comité solicitó a Venezuela la revisión y modificación de la ley del aborto,
exponiendo que “está profundamente preocupado por que Venezuela tenga uno de
los índices más altos de la región de embarazos de adolescentes y que muchos de
ellos acaben en muerte materna”. Así mismo afirmaría que, “está preocupado por
la falta de acceso a procedimientos de aborto seguro a causa de la restrictiva
ley y la carencia de información sobre el impacto de los programas para reducir
estos embarazos”.
De acuerdo con la Red de Información por
el Aborto Seguro, un centro de ayuda telefónico, en la mayoría de los casos en
Venezuela las mujeres que deciden abortar centran su decisión debido a causas
económicas. Además exponen que más de 7% de las mujeres que llaman a su centro
de ayuda han sido violadas.
No importan la situación económica de las
personas, debido a la falta de información clara y científica sobre la forma
segura de interrumpir un embarazo y la penalización del aborto existente en la
nación, este es un acto en el que las mujeres ponen en riesgo su vida. Es
lamentable que los gobiernos solo se den cuenta de la importancia de la
comunicación cuando necesitan hacer campaña política. Es importante seguir el
ejemplo de otras naciones en la región, como Uruguay, que desde que despenalizó
el aborto la mortalidad de mujeres ha decrecido considerablemente. Un embarazo
no deseado repercute en la deserción escolar, la explotación laboral, en la
pobreza generalizada y más, es por ello que el aborto debería ser una práctica
legal en nuestra nación. Siempre debemos apostar por la salud materna.
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