La Expresión del Teenager
Johanna Villasmil
Desde hace dos semanas atrás he venido
evaluando la situación Venezolana de manera numérica y en diferentes aspectos
para compararla a como estará en diciembre cuando regrese de Washington D.C,
pero esta semana he decidido cambiar un poco la temática debido a un documental
que vi y que viene muy ligado al tema de seguridad que tratamos la semana
pasada.
El 9 de septiembre se estrenó en España
un nuevo episodio del programa “Cabo Vadillo”, el cual es una mezcla entre los
géneros de documental y de tele realidad protagonizado por Pablo Vadillo, quien
es cabo de la Guardia Urbana de Barcelona. El programa se trata sobre el
trabajo policial en distintos países, y en este episodio fue mostrada la labor
que realiza la Policía Municipal de Sucre “polisucre” en uno de los barrios más
peligrosos del mundo, José Félix Rivas.
La primera parte del programa se centra
en el proceso de entrenamiento que realiza la policía del municipio Sucre,
basado en la rapidez y en la agilidad, debido a que ellos por ley no pueden
contar con los mismos recursos con que cuentan los delincuentes. Una frase que
me marcó que dice el encargado del entrenamiento durante este es “la vida de
los ciudadanos y la vida de sus compañeros depende de este entrenamiento”.
Una de las cosas que caracteriza el
programa es que a medida que se va transmitiendo van presentando cifras del
lugar donde está, por ejemplo: expone que en Caracas hay 6 millones de personas
y 5 millones de armas de fuego sin control; también que por cada 100.000
habitantes hay 79 homicidios, lo que representa más de 4 mil homicidios en un
año, entre muchas otras cifras preocupantes que expusieron.
Otro punto interesante que se mostró en
el documental es la veneración como si fueran santos a un grupo de delincuentes
llamados Corte Calé, quienes se encuentran enterrados en el Cementerio General
del Sur de Caracas. La Corte Calé se dedicó durante los años 40, 50 y 60 a
robar a los que eran más ricos para darle a los pobres. La figura más
representativa es Ismael, y lo que le piden es salud, vida, fuerza, sabiduría,
protección, entre otros. ¿Qué se puede esperar de un país en donde a los
delincuentes se les venera?
Lo que más me impactó del programa fue el
momento en el que conversa con las personas recluidas, es decir los
presidiarios, dentro de la sede de polisucre, y la manera en que ellos hablaron
de sus actos delictivos y de la vida como si no fuera nada, como si realmente
no importara, y ahí se encuentra el verdadero motivo por el cual continuamos
con las altas tasas de homicidio, porque la vida del compatriota no importa, lo
que importa es lo que lleva en el bolsillo.
Debido a situaciones de corrupción que
muchos de nosotros hemos vivido con agentes policiales les hemos perdido el
respeto, pero considero que aún existen algunos que lo hacen por vocación y por
ganas de servir en pro de la seguridad. Ellos también viven la violencia y a
veces son más propensos a ser víctimas de ella por el arma que cargan.
La violencia en Venezuela va a continuar
creciendo mientras no existan políticas basadas en la educación a los
presidiarios, y mientras continue la impunidad, muchos de los presos entran hoy
y tienen que salir mañana porque ni los procesan. Es importante que no
olvidemos la labor que realiza la policía y la importancia de tenerla, a pesar
que la corrupción ya sea parte de ella.
La próxima semana finalizaremos la
evaluación a nivel numérica de la situación venezolana con las cifras
referentes a política, para así poder evaluar, en base a los tres artículos de
economía, seguridad y política, como ha mejorado o empeorado la situación de
Venezuela de septiembre a diciembre.
Los quiere Joha
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