La Expresión del Teenager
Johanna Villasmil
El artículo número 27 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos expone: “1. Toda persona tiene derecho a
tomar parte libremente en la vida cultural, a gozar de las artes y a participar
en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten. 2. Toda
persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que
le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o
artísticas de que sea autora”. Este artículo habla sobre los derechos de autor
del que gozamos cada uno de nosotros, son los que no permiten que nuestras
creaciones estén protegidas, o esa es la aplicación que debería tener.
La UNESCO define a la piratería como un
término que abarca la reproducción y distribución de copias de obras protegidas
por el derecho de autor, así como su transmisión al público o su puesta a
disposición en redes de comunicación en línea, sin la autorización de los
propietarios legítimos, cuando dicha autorización resulte necesaria legalmente.
En Venezuela existen normas que se
encargan de regular la piratería, pero su implementación no llega a las calles.
“La piratería ha llegado hasta el punto de desplazar empresas legalmente constituidas
que no pudieron navegar ante la inundación de productos piratas. La piratería
es el enemigo silencioso de la creatividad humana, del futuro del hombre, de
las instituciones y del estado de derecho, del bienestar de los ciudadanos, de
la imagen internacional de nuestros países y de los tributos del funcionamiento
de los pueblos” explica Enan Olivar, Director General del Centro Regional para
el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe CERLALC.
La lucha contra la piratería en el país
comienza cuando las instituciones privadas en Venezuela solicitan en el año
1996, ante el Ministerio de Justicia, la creación de un comando especializado
en materia de derecho de autor, concretándose a finales del primer semestre de
ese mismo año al crearse la Brigada contra la piratería COMANPI. De manera más
reciente en el año 2003 se crea una Comisión para la Implementación de Normas
para la Protección de la Industria basada en el Derecho de Autor y su Impacto
Fiscal, en alianza con el Servicio Nacional Integrado de Administración
Aduanera y Tributaria (SENIAT), que buscaba garantizar los derechos de autor en
el país con diversos planes y programas, pero hoy en día todos podemos observar
que no ha traído ningún beneficio.
El desarrollo del Internet le ha dado a
la piratería otro significado. En la actualidad es muy fácil robar contenidos
de otros portales o descargar cualquier tipo de música o películas, sin
necesidad de comprarlas. Algunos países se han dado la labor de eliminar los
portales que se encargan de este tipo de cosas, como es el caso de Estados
Unidos que colocó preso al dueño de Megaupload.
En Venezuela no conocemos realmente lo
que es comprar un CD de música original o una película. Imagínate que el día de
mañana seas tú el que produces la película o el CD de música ¿cómo te haría
sentir ver que todos lo tienen pirateado? Es como si tu esfuerzo no hubiese
valido la pena, tus horas de trabajo le dan frutos a otros. En un estado de
derecho la piratería no existe y en un país donde las leyes se respetan
tampoco, pero como esto es Venezuela y es preferible tener de amigo a los 200
quemadores de películas que a los 10 productores, los derechos de autor son
solo un mito.
Los quiere Joha
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