La Expresión del Teenager
Johanna Villasmil
La vida de un venezolano se resume en
inseguridad, colas, desabastecimiento, inflación, corrupción, estrés y
deficiente ingreso. No se puede decir que el venezolano común tiene calidad de
vida, porque a pesar que no estamos en guerra como Siria, ni tampoco vivimos
una situación de pobreza como Haití; no tenemos tranquilidad y para mi eso es
uno de los puntos más importantes. La manera en que actúa el venezolano actual
se ve influenciado por su entorno, por esos puntos en los que se encuentra
resumida su vida, y algunas de las reacciones que ha tomado ante tales
circunstancias no son las comunes en el ser humano; es por ello que varios
psicólogos se han dado la tarea de estudiar la actitud del venezolano en este
mal llamado socialismo.
La actitud que ha tomado el venezolano no
es normal, por ejemplo: ante un inflación el consumo ha aumentado. “Esto tiene
que ver con las teorías sociales de la psiquiatría, como el entorno y las
calamidades nos afectan y las adversidades producen perturbación emocional”,
explica el Dr. Rómulo Aponte, psicólogo altamente conocido y consultado en
Caracas. Explica además que nuestras reacciones ilógicas se producen por amenazas
físicas y psicosociales que activan las respuestas de ansiedad y es lo que
mueve nuestra manera de actuar: violenta, ansiosa y humillante.
La violencia es el arma que han tomado
todos los ciudadanos para superar las adversidades que ven a diario, violencia
en las calles y violencia en el hogar. La frustración constante nos hace
violentos, no por la malicia sino porque parece que no encontramos otra
solución, es una frustración de no poder alcanzar nuestras metas.
También en el ciudadano existe una ansiedad
con respecto a las amenazas diarias a la integridad personal, a la estabilidad
del empleo, a la familia… Sobretodo, por ejemplo: si tienes un familiar con
alguna enfermedad, por un lado no se consiguen los medicamentos y por el otro
si los consigues son a costos exagerados, eso hace que la familia y el paciente
vivan en un sentimiento de perdida inminente. Esta ansiedad que vivimos a
diario nos encierra en nuestras hogares.
Otro punto que tenemos encima es la
humillación porque es una humillación que algún amigo en el exterior te
pregunte “¿en serio no encuentran papel toalet?” pensando de verdad que es un
chiste porque esas son situaciones que ocurren en países subdesarrollados o en
situación de guerra, no en uno que dice estar también como Venezuela.
Humillación que para la aduana, por ejemplo, todos somos delincuentes y tienen
que revisarnos todas las maletas para saber si llevamos escondidos alguna
tarjeta. Humillación de hacer colas por comida y algunas veces no conseguir
nada.
El venezolano actual vive en una
situación constante de rabia e impotencia y la solución que exponen los
psicólogos es aprender a canalizarla. Lo que no podemos hacer es acostumbrarnos
o modificar nuestra vida en torno a lo que haya, siempre debemos exigir más, a
nuestros gobernantes y a nosotros mismos. Para poder comenzar a construir la
tranquilidad es importante observar lo que nos ha llevado a esta situación, las
verdaderas causas, no las que otros pueden intentar hacernos ver, para que así
podamos buscar soluciones que nos beneficien a todos y en la que todos podamos
encontrar la tranquilidad, y por lo tanto, la calidad de vida. Ya nosotros en
este país no vivimos, sino que
sobrevivimos.
Los quiere Joha
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