La Expresión del Teenager
Johanna Villasmil
@johavillasmil
“Los gobiernos pasan, pero la lucha por
los derechos humanos queda” Paulo Vannuchi, comisionado de Brasil.
La Organización de Estados Americanos
(OEA) tiene diversas oficinas que se encargan de trabajar entorno a los pilares
de la organización, entre ellas se encuentra la Comisión Interamericana de
Derechos humanos (CIDH), que es un órgano autónomo encargo de la protección y
promoción de los derechos humanos en la región americana y actúa además como
órgano consultivo de la OEA en la materia.
Del 23 de octubre al 7 de noviembre del
presente año la CIDH esta realizando su 153 período de sesiones. El pasado
martes 28 de octubre en horas de la tarde fue el turno de Venezuela para tratar
tres temas: la situación general de los derechos humanos, la situación de la
independencia judicial, y la situación del derecho a la libertad de expresión y
el acceso a la información.
La dinámica para las audiencias consistía
en que se le daba 20 minutos a los peticionarios para hablar sobre su tema, seguido
de 20 minutos al Estado, después se hacían una serie de preguntas u
observaciones por parte de los comisionados y posteriormente peticionarios y
Estado tenían 3 minutos para responder a esas preguntas.
La OEA siempre ha sostenido que la
solución para todos los conflictos entre oposición y oficialismo es el diálogo,
lo cual podría ser cierto si este se diera con disposición. En los 3 minutos de
respuestas a preguntas del primer tema, situación general de los derechos
humanos, el Estado los utilizó para alegar que no tenía sentido que le dieran
el mismo tiempo a una ONG que a un Estado, me pregunto ¿eso es disposición al
diálogo?
Entre los comentarios que hicieron los
comisionados al país se encontraban algunos relacionados con que no han
permitido una visita oficial para evaluar la situación nacional desde 2003, año
en que la CIDH publicó un informe sobre los derechos en Venezuela. La respuesta
de los representantes del Estado fue que los derechos humanos no eran algo
turístico. Además alegaron que todas las acusaciones que se hacían al país eran
basadas en notas de prensa, pero es que esta es la única manera en que la comisión
tiene acceso a la información.
El tema de la libertad de expresión y el
acceso a la información fue para mí el más importante. Entre lo que comentaron
los peticionarios se encuentra que ha habido 315 casos de violaciones a la
libertad de expresión en el año, 85 casos de agresiones a periodistas, entre
otras cifras que traen como consecuencia que “gana el silencio, gana la
inhibición”. La respuesta del Estado ante este tema se concentro en que primero
muchas de las acusaciones que estaban realizando guardaban relación con la
empresa privada y esta no violenta derechos, lo cual es totalmente cierto, y
que no se han agotado las instancias nacionales para acudir a un ente
internacional como la CIDH, lo que también es cierto.
En lo particular yo considero que si
existe libertad de expresión en Venezuela, pero lo que realmente ocurre es que
los periodistas por miedo dejan de decir algo y los medios por miedo despiden a
periodistas e impiden que se publiquen ciertos artículos, entonces la realidad
es que la libertad de expresión se cuarta por el miedo que tiene la población. Si
el país no quiere que se realicen estudios en base a noticias, es hora que
permita la visita de la CIDH. Ahora toca esperar a que la comisión presente los
informes con respecto a cada una de las sesiones y ver cuales son las conclusiones
que va a arrojar en cuanto a la situación venezolana.
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